Echarse para atrás, retroceder, abandonarlo todo no son opciones para quienes han determinado en su corazón cumplir el sueño y propósito de Dios.
Lo más seguro en estos días haz experimentado la adversidad, el desánimo, dificultades, etc. Posiblemente a causa de esto han cruzado por tu mente pensamientos de rendimiento y en tu corazón
sólo haz deseado abandonarlo todo, pero hoy me gustaría que recordaras que un largo camino te resta, que no haz llegado al final y que en Jesús todo obra para nuestro bien (Romanos 8:28).
Hoy es un buen día para levantar tu mirada y reconocer que tu socorro viene de Dios que hizo los cielos y la tierra (Salmos 121: 1-2). Que tu corazón tome aliento en las muchas promesas que hay para ti en su palabra y sigue hacia adelante, no es tiempo para rendirse ni para retroceder. Es tiempo para poner en acción la fe; es tiempo para creer plenamente en aquel que te llamó.
Él te sostendrá de tu mano derecha aún cuando muchos ya te hayan abandonado. Encomienda a Dios tu camino; confía en él y él hará (Salmos 37:5).
¡Bendiciones!
Por Fidel M.H.
