Wednesday, March 19, 2014

¿Cuál es mi propósito en este mundo?


Piensa por un minuto en un destornillador. Su diseño está pensado para que destornille y atornille, pues, tornillos.  Para esto fue pensado, diseñado y creado. Ahora, imagina que a éste nunca lo han utilizado, está allí en la caja de herramientas guardado y pasan los días y nade lo procura, nadie lo utiliza. Realmente, el destornillador no tiene conciencia de ello, sólo está allí. ¿No?

Ahora imagina a ese destornillador con un alma; consciente de su existencia. Está allí por días y comienza a sentirse extraño, algo no anda bien, pero... no está muy seguro porqué. Algo esta faltando, él lo sabe, pero no sabe qué es.

Entonces un día ocurre algo inesperado...



Alguien saca al destornillador de la caja de herramientas y lo utiliza para apalancar un panel de madera y así abrirle el paso a la majestuosa pata de cabra y que ésta pudiera hacer su trabajo. El destornillador esta feliz; le fascina que lo agarren y pueda ser útil. No obstante, al terminar la labor no se sintió completamente realizado. El apalancar la madera estuvo bien, pero sentía que faltaba algo.

En los días subsiguientes fue utilizado con mucha frecuencia. Abrió surcos en la tierra para que sembraran; sirvió de cuña para evitar que una puerta se cerrara, apalancó partes en un motor; abrió pailas de pintura y hasta martilló un pequeño clavo en la pared para colgar un hermoso cuadro. Le encantaba fatigarse haciendo tareas, pero al final, siempre sentía una pequeña insatisfacción.

Pero un día lo tomaron y encajaron su extremo de metal en las hendiduras de un tornillo. Giró, giró y giró... De repente, lo invadió un gozo inmenso, un frenesí se apoderó de él. En ese momento supo para qué realmente había sido diseñado, supo cual fue el propósito para ser creado... atornillar y destornillar. Todas las tareas que alegremente efectuó antes fueron eclipsadas por esta. 

¡Ahora sabe cual es su propósito en este mundo!


Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios con el único propósito de tener una estrecha relación con él. No es hasta que le conocemos realmente y tenemos esta relación con él que nuestras almas se sentirán completamente satisfechas y realizadas.

Podemos ser utilizados para muchas grandes cosas pero no sentiremos la total realización hasta que no entablemos esa relación que Dios desea tener con nosotros. Ésta es lo único que calmará nuestro deseo de estar completamente realizados; es nuestro tornillo que nos hará dar vueltas y vueltas  de alegría.

Generalmente cuando tratamos de realizarnos dejando a Dios de lado, lo hacemos en cosas que nos llenan por momentos pero no completamente. Y es que fuera de Dios no encontraremos nuestro propósito en este mundo pues está en él; de esa forma fuimos creados.

¿Te has encontrado con tu tornillo?

Si tu respuesta es "NO", te invito a que le des espacio a Jesús, hoy, en tu corazón para que cumplas tu propósito en este mundo.

¡Bendiciones!


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