La vejez... el camino de todos

Terminando ya mi día, me detengo a pensar un poco en este tema. La vejez; momento al que casi nadie quiere llegar, pero cuando llega, desea permanecer allí el más tiempo posible pues. Normalmente, nadie quiere morirse. Paradójico, ¿no?

La vejez, más que un tema es una etapa, un conjunto de experiencias; es sabiduría aprendida y conocimiento probado, pero, indudablemente, la vejez es "el camino de todos".

Con poco menos de treinta, soy un envejeciente. Desde que llegué al mundo y emití el primer llanto, aquel momento en que me arropó una suave y muy reconfortante toalla, comencé a envejecer. En aquella toalla dejé incrustado entre sus fibras células que ya comenzaban a morir, tejidos que comenzaban a desprenderse de mi cuerpo; eso es envejecer. Entonces, soy un envejeciente desde que nací. ¿Habías pensado en esto?

La vejez o tercera edad es sólo la muestra palpable de ese envejecimiento, ya que con cada década que pasa se hace más evidente, pero, es parte del proceso.

Esto me crea la interrogante, ¿por qué en tantos casos se da un mal trato a esta población que no está en una condición diferente a la nuestra? Todos vamos por el mismo camino... el envejecimiento.

Crear en nosotros esta conciencia nos ayudará a ver esta etapa de forma distinta; ver a un "abuelito" y verlo diferente. "Yo, en algunos años estaré en sus zapatos." Entonces...

¿Cómo me gustaría que fuese el trato hacia mi en ese momento?

Creo saber tu respuesta a esta pregunta.

Así que, cuando vuelvas a ver a un "viejito" (sea pariente o desconocido) recuerda tu contestación a esta pregunta y permítele el don de recibir el mismo trato, la misma palabra dulce, la misma paciencia, la misma tolerancia que te gustaría recibir cuando llegue tu momento, porque éste ciertamente llegará.

Da lo mejor de ti a esta generación; que los años que les reste vivir sean hermosos, llenos de vida y amor. Hazte su amigo, será muy bien recompensado, porque mañana te tocará a ti. Recuerda que la vejez es el camino de todos. ¿Qué crees?

¡Bendiciones!

Por Fidel M.H.