Wednesday, February 12, 2014

¿La Voluntad de Dios o la mía...?

Luego de leer la Biblia un rato, meditar y ver lo que Dios me quiere decir a través de ella me inclino hacia atrás en mi silla de escritorio y cerrados mis ojos pronuncio esas palabras... "Que se haga en mi vida Tu voluntad". Esas palabras que he pronunciado tantas veces, esas palabras que suenan con tanta frecuencia en el cuerpo de Cristo que, a mi juicio, se han llegado a convertir (no siempre) en un cliché. Se han vuelto parte de nuestro repertorio de afirmaciones en secuencia a la
hora de hablar de las cosas divinas. Más allá de esto, ¿sabemos que es realmente desear hacer la voluntad de Dios?

Partimos de la premisa de que la voluntad es la facultad de hacer o no hacer una cosa. Ahora bien en el mundo hay tres tipos de voluntad; y me gustaría tomarme un minuto para describirlas.

La voluntad propia

Ésta es la voluntad del ser humano, la misma naturaleza humana que su único deseo es andar a su propia manera. El momento en que usted pretende guiar su vida en su voluntad, se aleja de Dios. Y la Biblia nos da algunas advertencias sobre el vivir bajo la voluntad propia. En Salmos 81:12-16 se nos dice: “Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; 
Caminaron en sus propios consejos. !Oh, si me hubiera oído mi pueblo,
 Si en mis caminos hubiera andado Israel! En un momento habría yo derribado a sus enemigos,
 Y vuelto mi mano contra sus adversarios. Los que aborrecen a Jehová se le habrían sometido, 
Y el tiempo de ellos sería para siempre. Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, 
Y con miel de la peña les saciaría.” Pero nada de eso ocurrió en ese momento porque el pueblo de Dios quiso vivir conforme a su voluntad y podríamos seguir dando ejemplos bíblicos.

La voluntad de Satanás

Si, leyó bien. Satanás tiene una voluntad. Juan 10:10 dice: “El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir…” En 2 Timoteo 2:26 dice: “Y se escapen de la trampa del diablo, quien los tiene cautivos a su voluntad”. Cual voluntad, ya la vimos, que estemos muertos y destruidos.

Así que no sólo está mi voluntad, sino que se intenta imponer la voluntad de Satanás. Pero sabe qué, parte de la voluntad de el Diablo es alejarte de Dios. Entonces, que podemos ver, que conclusión puedo llegar con esto…

Al yo decidir hacer mi voluntad, estoy haciendo la voluntad de Satanás. ¡Sí! Su palabra dice que no se puede servir a dos señores, así que o es uno o es otro y por la naturaleza pecaminosa que hay en nosotros al seguir nuestra propia voluntad terminamos siguiendo la del enemigo. ¿Lo puede entender?

Ahora bien, está la voluntad de Dios

Cuando nosotros hablamos de la voluntad, hacemos referencia a una sola palabra, pero recuerde que la Biblia fue escrita en otros idiomas. El nuevo testamento, en su mayoría, fue escrito en griego y a él nos referiremos.

En griego la palabra voluntad tiene dos expresiones; la primera es “Boulema” que es un designio deliberado, aquello que es dispuesto premeditadamente. Ésta es la voluntad que se cumple sin tener en cuenta las decisiones tomadas por el hombre (humano).

La segunda es la “Thelema” que se refiere al deseo de Dios de que el hombre experimente y viva Su voluntad. Se refiere a la voluntad individual de cada uno; para que ésta se lleve a cabo debe haber la cooperación del ser humano. Esta es a la que nosotros nos referimos cuando decimos, “que se haga la voluntad de Dios” o “deseo hacer Su voluntad”.

Ahora bien, teniendo esto como marco de referencia me gustaría puntualizar algunos detalles. Y es que el cristiano rechaza vehementemente la voluntad de Satanás, pero que difícil es renunciar a la nuestra. Sabes, cuando decimos querer hacer la voluntad de Dios estamos afirmando querer lo que quiere Dios, soñar con lo que sueña Dios.

Es imposible “buscar” y cumplir Su voluntad bajo nuestras condiciones. No podemos aspirar a cumplir el sueño de Dios con una lista en las manos de aquellos detalles que deseamos y los que no. Mucho menos pretenderla (Su voluntad) con nuestra agenda y reloj en manos. ¡SENCILLAMENTE, NO ES CONGRUENTE!

Si reconoces que estás en esta condición, con mucho respeto le digo que no está en la voluntad de Dios, sino que pretende ejercer la suya. Es una especia de “autoengaño” que nos llevará a la perdición, pues recuerde que sólo hay dos señores y la Palabra es clara; no se puede servir a ambos. O realmente hacemos la voluntad de Dios, hacemos la de Satanás o ejercemos la nuestra que al final nos llevará al mismo lugar que la segunda.

Habiendo leído esto medita y contestase la pregunta ¿Es cierta mi frase, "que se haga la voluntad de Dios"?

¡Reflexiona! Busque hacer la voluntad de Dios que, aunque no siempre será fácil, siempre será lo más seguro y lo mejor para nosotros.

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la BUENA voluntad de Dios, AGRADABLE y PERFECTA.” (Romanos 12:1-2)
¡Bendiciones!

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