Monday, October 14, 2013

La verdad sobre: "Si mi pueblo se humillare..."

Este es un pasaje de la bíblia que en numerosas ocasiones se a entendido e interpretado de forma incorrecta. La Palabra de Dios dice en 2 Crónicas 7:14:

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra."

Pero... ¿qué realmente nos está diciendo la Palabra en este pasaje?

Vemos las noticias y lo que está ocurriendo a nuestro al rededor. Vemos como la maldad a tomado gran ventaja en las mentes de las personas. Nuestro corazón se compunge al ver tal cuadro desalentador en nuestra amada isla.

Jóvenes que están muriendo a muy temprana edad por dar espacio al vicio (entre otras cosas), niñas que venden sus cuerpos para conseguir un dinerito, ancianos que se quitan la vida por que ya no le ven sentido, funcionarios de gobierno y empresas privadas acusados y convictos por corrupción. La lista sería interminable.

Ahora es un verdadero riesgo salir a la calle en la noche con su familia y/o amigos a disfrutar sanamente... la sociedad está en decadencia total.

Entonces, hacemos referencia a este pasaje bíblico, "si se humillare mi pueblo". Tantas veces en las que he escuchado decir que Puerto Rico está así porque no se ha humillado ante su creador, que hay promesa de que si el pueblo lo hace Dios sanará la tierra.

"Mi pueblo..." ¿quién es "mi pueblo"?

Una persona que está lejos de Dios, que no ha aceptado el sacrificio de Jesús en la cruz, que no goza del regalo de la salvación, quien no ha decidido andar por el camino correcto no puede llamarse hijo de Dios, por consecuente no es parte de Su pueblo. ¡Y ésta es la verdad!

Cantamos muchísimo en nuestras iglesias que "Somos el pueblo de Dios, somos un pueblo especial...", pero lo hacemos sin saber realmente lo que estamos afirmando. Repetimos que somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,(A) pueblo adquirido por Dios... (1 Pedro 2:9) pero lo hacemos, al parecer, sin tener plena conciencia de las implicaciones que esto tiene.

¡La iglesia es el pueblo! ¡Tu, hermano, eres el pueblo de Dios! Entonces, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a 2 Cro. 7:14?

No puedes seguir evadiendo tu responsabilidad, mucho menos transferirla a las personas que aún no han entregado su corazón a Dios. Es nuestro encargo el humillarnos ante el Señor, orar por nuestra nación, buscar Su rostro de verdad y vivir vidas en santidad. Por ende, si Puerto Rico y el mundo entero está en las condiciones que está es por culpa de la iglesia que no ha estado (en general) haciendo lo que la Palabra ha demandado.

Por eso, hoy, te invito a que reflexiones en lo que tu estás (o no) haciendo para que nuestra tierra sea sanada.

Despierta del sueño profundo en el que estás, olvida ya las diferencias dogmáticas entre iglesias (ellas ni salvan, ni condenan), has el trabajo que se te ha demandado hacer: humíllate, ora, busca el rostro de Dios y vive en santidad. Entonces y sólo entonces, "yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra."

¡Bendiciones!


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